Hoy Chilo Rey con 82 años de edad, aun hace sonar el saxofón de su orquesta. Reconoce que sus mejores tiempos ya han pasado, pero aclara que lo que nunca podrá perderse es el verdadero gusto por la música. “aquella música tradicional y típica de nuestro país, que en ninguna otra parte existe, que se distingue por su sabor, y hace que el cuerpo no pare de bailar”.
Chilo como lo llamaban desde pequeño sus amigos, nació en la vereda el gramal en Baraya Huila, el 2 de septiembre de 1925, su verdadero nombre es Isidro Reina Figueroa. Hijo de Pedro Josias Reina y Maria Inés Figueroa, y aunque jamás pensó en dedicarse por completo a la música porque su profesión como sastre parecía hacerse cumplir. Gracias a su amigo y profesor Nicolás Andrade, su destino empezaba a cambiar.
Al cumplir sus 16 años de edad en compañía de 4 amigos más empezaron a asistir a toques musicales. Su interés por la música empezó a crecer hasta tal punto que los otros oficios de sastrería o cultivo de tabaco que era a lo que se dedicaba su padre se perdieron por completo. Ahora no era un simple gusto, dice chilo “era realmente mi vocación y mi vida”.
Sin pensar que de aquel humilde pueblo comenzaría su carrera musical, con nostalgia recuerda su primera retreta en la plaza de su pueblo al tocar “la zamba teresa”, con el primer instrumento que con doce pesos compró: el clarinete. Aquel pueblo bello y olvidado del cual tuvo que abandonar porque de no haber sido así a lo mejor su talento no se hubiera conocido.
Su primer trabajo como músico lo obtuvo en la orquesta de Baraya “recorrimos a pie el alto del oso y el filo de la ceja en el Huila, además de los diferentes municipios como Gigante, Garzón, Campoalegre entre otros”. Su trabajo como principiante no le dejaba una gran ganancia pero el solo hecho de tocar era quizás la mejor felicidad que la música le podía dar, “el dinero era solo un incentivo pero el placer y el bienestar que la música proporciona en las personas no se compara con la plata” dice chilo
En el año 1947 su gran oportunidad al fin había llegado, logró entrar a la banda departamental del Huila, luego de presentar una audición. Aquella gran oportunidad que jamás olvida, pues de no ser por el fallecimiento de un integrante de esa banda esa ocasión jamás se hubiese vuelto a presentar, fue entonces que durante 4 años trabajó dedicado por completo a la banda. Pero como músico que se respete según chilo fue el trago lo que le provocó su salida.
“El destino de todo músico es siempre abrir nuevos horizontes donde siempre habrá público para nosotros y música para otros” fue a partir de ese momento que decidió con su mejor amigo Rafael Montoya y como cariñosamente le decían “el paisa”, irse para Ibagué con lo único que lo acompañaba: 5 pesos en el bolsillo. Tomaron el tren y viajaron más de 7 horas para llegar a aquella ciudad llenos de ilusiones y sueños, pensando que por ser conocida como la ciudad musical, les proporcionaría lo que estaban buscando: progreso musical y estabilidad económica.
“Mi amigo tenia gran amistad con el Dr., Manuel Gómez reconocido en la ciudad por ser el dueño del hotel Lusitania, y tener grandes influencias políticas sobre todo conservadoras, fue así como logramos entrar a trabajar en esta gran banda, pero al salir, también salimos por asuntos políticos, la mayoría eran liberales y yo por ser conservador perjudicaba la hegemonía del partido” señala chilo.
El estar dentro le permitió estudiar en el conservatorio con el maestro Escuarcheto interpretando el clarinete y a la vez trabajando como independiente, tocando los días martes en la plaza Bolívar, los jueves en el parque Murillo Toro y los sábados en el parque Galarza.
A partir de entonces su visión como músico empezó a conocerse en lo pueblos del tolima, pero en año de 1945 lo invitaron a formar parte de la orquesta tropical recorriendo el país participando en la feria de Manizales, en el festival folclórico de Huila y Tolima y en la Costa Pacifica.
Su profesión como músico le permitía relacionarse con grandes personalidades de la ciudad así que de esta forma fue que obtuvo su casa cuando en 1953 Diego Londoño dueño de los lotes de san diego y santa barabara le aconsejó para que se metiera en uno de ellos y comprara la que hoy es su casa.
Estuvo en la orquesta cubana del Dr. Justiniano Caicedo-ritmo tropical, tocando para la inauguración del club de comercio en el año de 1954, y para los diferentes eventos que el club organizaba. Para ese entonces su competencia era la orquesta caribe, bajo la dirección de Demetrio Cuevas, dos años mas tarde en 1956 se paso a ésta porque notó que poseían un mejor pago y organización lo que contribuiría a su estabilidad económica.
Allí duro dos años, hasta que paso a la Sonolux de Medellín estrenada el 15 de septiembre de 1962, tocando para grandes eventos en el hotel Lusitania y el club de comercio, actualmente donde es la universidad del Tolima. Su memoria admirable recuerda q tocaron para grandes comerciantes de la época como el Sr. Augusto Medina de Comfenalco, Nicolás Rivero representante de la Ford y los Beltrán.
Creó la orquesta casino night club frente al parque Galarza, de la cual disfrutó durante años interpretando twister, jazz, rock and rooll. Porros, vallenatos y baladas. En 1962 también estuvo en la orquesta sonovision, nacida de la idea de Humberto Jaramillo locutor y periodista bajo la dirección de Roberto Díaz Carvajal. Presentándose en Armenia, Calarca y Pereira.
“El licor fue ese vicio indestructible, difícil de dejar que hizo que me despidieran muchas veces” dice chilo, al recordar el motivo por el que fue despedido de la banda departamental. Así que tuvo que ingeniarse la manera para vivir y creó junto con 8 músicos más su orquesta Chilo Rey, la cual seria su sustento económico y la de su familia. Pero allí permaneció hasta el año de 1966, pues pese a que fue el fundador de ella su mal comportamiento por culpa del trago lo dejó sin compañeros lo dejó sin orquesta.
Su talento innegable le abrió las puertas a la banda del batallón Jaime Roote hasta 1975 en donde logró pensionarse. Posteriormente en 1979 fundó la papayera sálvese quien pueda en donde Edgar Antonio Valderrama coordinador del festival y amigo de chilo le dio trabajo en los tablados para alternar con Pacho Galán.
A don Isidro solo su pelo blanco cubierto de canas, su robusto cuerpo y simpática cara, además de un tocadiscos antiguo, varios instrumentos y cuadros que adornar su casa de orquestas musicales, demuestran sus innumerables triunfos, y todo el proceso que durante años ha hecho feliz no solo a quienes lo ha visto interpretar una melodía sino a si mismo, pues solo alguien como Chilo Rey con su edad recuerda fechas exactas y nombres correctos como si lo vivido hubiese pasado ayer. En 65 años de trayectoria musical, ha recibido tan solo un reconocimiento de la corporación folclórica el 14 de octubre de 1993. Además el autor tolimense Carlos Orlando Pardo le hizo un homenaje al incluirlo en su libro músicos del siglo XX, sin embargo es la sociedad y la tendencia misma dice chilo los que lo han olvidado, “se escucha otra música que la modernidad a traído consigo y nosotros hemos quedamos en el olvido”
A sus hijos siempre les ha inculcado el amor por la música y con orgullo y admiración menciona a sus hijos: Fernando, egresado del conservatorio del tolima, profesor de bellas artes de la universidad del atlántico, e integrante de la orquesta bananas, conocida a nivel nacional e internacional, y de su nieto integrante de la nueva generación de tupamaros. Isidro su otro hijo quien falleció el 3 de agosto del presente año, fue músico de su actual orquesta, dejó como legado en la música a su hijo en la base naval. Sus otros nietos Juan Daniel y Santiago Oviedo hijos de Marta Inés Reina y el profesor Oviedo como él lo llama también estudian música en le conservatorio del tolima.
Hoy don chilo constituye una familia feliz, y le agradece a su esposa toda la paciencia y el amor que le ha dedicado por que de no ser por eso el licor ya lo hubiese acabado.
Ahora trabaja junto a su hijo Hernando mas conocido como chacho. “El que me cuida mientras asistimos a los toques” dice chilo. En diferentes eventos de firmas comerciales como Escobar y Arias, Club Campestre y Cortolima y claro! alguna en el festival folclórico realizando toques con la firma de interaseo con la que llevan tres años seguidos suministrándoles la alegría y el jolgorio que solo chilo rey sabe hacer.
Su vida transcurre rodeada de música y no lo digo por sus triunfos que son muchos, sino que paradójicamente, esta rodeado de vecinos músicos como Ernesto García de la orquesta la diferencia, Guillermo Barrero, Sandoval y los Pinto que también son profesores de música. Tanto ellos como Chilo con ansias esperan reunirse el 4 de diciembre para celebrar el día de la patrona de Santa Bárbara alusión que toma el nombre del barrio para darle tributo a la virgen. Igualmente, esperan el regreso de su hijo Fernando a la ciudad de Ibagué para celebrarle sus 50 años de edad, haciendo una gran fiesta y nuevamente puedan integrarse como todos los años al llegar diciembre especialmente 24 y 31 todos la personas que componen a esta gran banda y probablemente la mejor de su vida la de su familia Reina Tovar.
JPP
Chilo como lo llamaban desde pequeño sus amigos, nació en la vereda el gramal en Baraya Huila, el 2 de septiembre de 1925, su verdadero nombre es Isidro Reina Figueroa. Hijo de Pedro Josias Reina y Maria Inés Figueroa, y aunque jamás pensó en dedicarse por completo a la música porque su profesión como sastre parecía hacerse cumplir. Gracias a su amigo y profesor Nicolás Andrade, su destino empezaba a cambiar.
Al cumplir sus 16 años de edad en compañía de 4 amigos más empezaron a asistir a toques musicales. Su interés por la música empezó a crecer hasta tal punto que los otros oficios de sastrería o cultivo de tabaco que era a lo que se dedicaba su padre se perdieron por completo. Ahora no era un simple gusto, dice chilo “era realmente mi vocación y mi vida”.
Sin pensar que de aquel humilde pueblo comenzaría su carrera musical, con nostalgia recuerda su primera retreta en la plaza de su pueblo al tocar “la zamba teresa”, con el primer instrumento que con doce pesos compró: el clarinete. Aquel pueblo bello y olvidado del cual tuvo que abandonar porque de no haber sido así a lo mejor su talento no se hubiera conocido.
Su primer trabajo como músico lo obtuvo en la orquesta de Baraya “recorrimos a pie el alto del oso y el filo de la ceja en el Huila, además de los diferentes municipios como Gigante, Garzón, Campoalegre entre otros”. Su trabajo como principiante no le dejaba una gran ganancia pero el solo hecho de tocar era quizás la mejor felicidad que la música le podía dar, “el dinero era solo un incentivo pero el placer y el bienestar que la música proporciona en las personas no se compara con la plata” dice chilo
En el año 1947 su gran oportunidad al fin había llegado, logró entrar a la banda departamental del Huila, luego de presentar una audición. Aquella gran oportunidad que jamás olvida, pues de no ser por el fallecimiento de un integrante de esa banda esa ocasión jamás se hubiese vuelto a presentar, fue entonces que durante 4 años trabajó dedicado por completo a la banda. Pero como músico que se respete según chilo fue el trago lo que le provocó su salida.
“El destino de todo músico es siempre abrir nuevos horizontes donde siempre habrá público para nosotros y música para otros” fue a partir de ese momento que decidió con su mejor amigo Rafael Montoya y como cariñosamente le decían “el paisa”, irse para Ibagué con lo único que lo acompañaba: 5 pesos en el bolsillo. Tomaron el tren y viajaron más de 7 horas para llegar a aquella ciudad llenos de ilusiones y sueños, pensando que por ser conocida como la ciudad musical, les proporcionaría lo que estaban buscando: progreso musical y estabilidad económica.
“Mi amigo tenia gran amistad con el Dr., Manuel Gómez reconocido en la ciudad por ser el dueño del hotel Lusitania, y tener grandes influencias políticas sobre todo conservadoras, fue así como logramos entrar a trabajar en esta gran banda, pero al salir, también salimos por asuntos políticos, la mayoría eran liberales y yo por ser conservador perjudicaba la hegemonía del partido” señala chilo.
El estar dentro le permitió estudiar en el conservatorio con el maestro Escuarcheto interpretando el clarinete y a la vez trabajando como independiente, tocando los días martes en la plaza Bolívar, los jueves en el parque Murillo Toro y los sábados en el parque Galarza.
A partir de entonces su visión como músico empezó a conocerse en lo pueblos del tolima, pero en año de 1945 lo invitaron a formar parte de la orquesta tropical recorriendo el país participando en la feria de Manizales, en el festival folclórico de Huila y Tolima y en la Costa Pacifica.
Su profesión como músico le permitía relacionarse con grandes personalidades de la ciudad así que de esta forma fue que obtuvo su casa cuando en 1953 Diego Londoño dueño de los lotes de san diego y santa barabara le aconsejó para que se metiera en uno de ellos y comprara la que hoy es su casa.
Estuvo en la orquesta cubana del Dr. Justiniano Caicedo-ritmo tropical, tocando para la inauguración del club de comercio en el año de 1954, y para los diferentes eventos que el club organizaba. Para ese entonces su competencia era la orquesta caribe, bajo la dirección de Demetrio Cuevas, dos años mas tarde en 1956 se paso a ésta porque notó que poseían un mejor pago y organización lo que contribuiría a su estabilidad económica.
Allí duro dos años, hasta que paso a la Sonolux de Medellín estrenada el 15 de septiembre de 1962, tocando para grandes eventos en el hotel Lusitania y el club de comercio, actualmente donde es la universidad del Tolima. Su memoria admirable recuerda q tocaron para grandes comerciantes de la época como el Sr. Augusto Medina de Comfenalco, Nicolás Rivero representante de la Ford y los Beltrán.
Creó la orquesta casino night club frente al parque Galarza, de la cual disfrutó durante años interpretando twister, jazz, rock and rooll. Porros, vallenatos y baladas. En 1962 también estuvo en la orquesta sonovision, nacida de la idea de Humberto Jaramillo locutor y periodista bajo la dirección de Roberto Díaz Carvajal. Presentándose en Armenia, Calarca y Pereira.
“El licor fue ese vicio indestructible, difícil de dejar que hizo que me despidieran muchas veces” dice chilo, al recordar el motivo por el que fue despedido de la banda departamental. Así que tuvo que ingeniarse la manera para vivir y creó junto con 8 músicos más su orquesta Chilo Rey, la cual seria su sustento económico y la de su familia. Pero allí permaneció hasta el año de 1966, pues pese a que fue el fundador de ella su mal comportamiento por culpa del trago lo dejó sin compañeros lo dejó sin orquesta.
Su talento innegable le abrió las puertas a la banda del batallón Jaime Roote hasta 1975 en donde logró pensionarse. Posteriormente en 1979 fundó la papayera sálvese quien pueda en donde Edgar Antonio Valderrama coordinador del festival y amigo de chilo le dio trabajo en los tablados para alternar con Pacho Galán.
A don Isidro solo su pelo blanco cubierto de canas, su robusto cuerpo y simpática cara, además de un tocadiscos antiguo, varios instrumentos y cuadros que adornar su casa de orquestas musicales, demuestran sus innumerables triunfos, y todo el proceso que durante años ha hecho feliz no solo a quienes lo ha visto interpretar una melodía sino a si mismo, pues solo alguien como Chilo Rey con su edad recuerda fechas exactas y nombres correctos como si lo vivido hubiese pasado ayer. En 65 años de trayectoria musical, ha recibido tan solo un reconocimiento de la corporación folclórica el 14 de octubre de 1993. Además el autor tolimense Carlos Orlando Pardo le hizo un homenaje al incluirlo en su libro músicos del siglo XX, sin embargo es la sociedad y la tendencia misma dice chilo los que lo han olvidado, “se escucha otra música que la modernidad a traído consigo y nosotros hemos quedamos en el olvido”
A sus hijos siempre les ha inculcado el amor por la música y con orgullo y admiración menciona a sus hijos: Fernando, egresado del conservatorio del tolima, profesor de bellas artes de la universidad del atlántico, e integrante de la orquesta bananas, conocida a nivel nacional e internacional, y de su nieto integrante de la nueva generación de tupamaros. Isidro su otro hijo quien falleció el 3 de agosto del presente año, fue músico de su actual orquesta, dejó como legado en la música a su hijo en la base naval. Sus otros nietos Juan Daniel y Santiago Oviedo hijos de Marta Inés Reina y el profesor Oviedo como él lo llama también estudian música en le conservatorio del tolima.
Hoy don chilo constituye una familia feliz, y le agradece a su esposa toda la paciencia y el amor que le ha dedicado por que de no ser por eso el licor ya lo hubiese acabado.
Ahora trabaja junto a su hijo Hernando mas conocido como chacho. “El que me cuida mientras asistimos a los toques” dice chilo. En diferentes eventos de firmas comerciales como Escobar y Arias, Club Campestre y Cortolima y claro! alguna en el festival folclórico realizando toques con la firma de interaseo con la que llevan tres años seguidos suministrándoles la alegría y el jolgorio que solo chilo rey sabe hacer.
Su vida transcurre rodeada de música y no lo digo por sus triunfos que son muchos, sino que paradójicamente, esta rodeado de vecinos músicos como Ernesto García de la orquesta la diferencia, Guillermo Barrero, Sandoval y los Pinto que también son profesores de música. Tanto ellos como Chilo con ansias esperan reunirse el 4 de diciembre para celebrar el día de la patrona de Santa Bárbara alusión que toma el nombre del barrio para darle tributo a la virgen. Igualmente, esperan el regreso de su hijo Fernando a la ciudad de Ibagué para celebrarle sus 50 años de edad, haciendo una gran fiesta y nuevamente puedan integrarse como todos los años al llegar diciembre especialmente 24 y 31 todos la personas que componen a esta gran banda y probablemente la mejor de su vida la de su familia Reina Tovar.
JPP
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