miércoles, 12 de noviembre de 2008

La comunicación entre periodismo y literatura


Obtener información detallada y precisa exige niveles de investigación tan profundos, que sólo géneros como la crónica puede satisfacer. La crónica puede despertar gracias a lo que el lenguaje le concede, un interés humano que hace que el hombre pueda interpretar aquellos hechos que le dan sentido a su vida. Pero en realidad ¿es la crónica el género que narra verdaderamente los hechos? o acaso ¿es la crónica un estilo propio de la literatura que un género periodístico? Es por eso que el presente ensayo tiene como objetivo principal, demostrar el nivel informativo e investigativo que la crónica ha alcanzado, hasta el punto de convertirse en la mejor alternativa como propuesta comunicacional en el ámbito periodístico de la actualidad.
El valor agregado que el lenguaje literario ofrece, brinda la posibilidad de darle vida al personaje y a la historia. Es por ello que la crónica se le ha permitido el uso de metáforas, símiles o comparaciones. Un ejemplo más real lo vemos recopilado en el libro Antología de grandes crónicas colombianas en su II versión, en donde se encuentra desde Gabriel García Márquez, Roberto García Peña, hasta el periodista tolimense Eduardo Santamaría entre otros.
En este libro podemos hacer una apreciación general de cómo diferentes sucesos que marcaron historia en Colombia, fueron llevados entre una mezcla del periodismo moderno, el reportaje y el uso de las figuras anteriormente dichas, a realizar historias de tragedias, humor y felicidad, llenas de pequeños detalles que hacen que la narración se engrandezca y el lector abra su corazón a una historia más, con la probabilidad de poder identificarse con ella y su verdad. Historias que se funden con la literatura, hacia una actitud renovadora, creativa y comprometida que destacan hechos que trascendieron al país y que marcaron en la vida de los colombianos un recuerdo ya sea bueno o malo, pero que sin duda dejó algún legado.
Particularmente mencionaría la crónica escrita por Eduardo Santamaría, en donde narra los últimos momentos que Omaira, icono de aquella tragedia, cuando en 1985 la erupción del volcán nevado del Ruiz creó una avalancha de lodo y piedra que arrasó con la ciudad de Armero. El autor no solo cuenta, o narra la historia, pues aunque no yo no estuve allí, pude revivir la angustia y la impotencia de aquellos que si estuvieron. Es de esta forma que el escritor y periodista logra el objetivo, recopilar todo el material posible para poder narrar mediante técnicas literarias todos los gestos de su personaje y la descripción completa de la escena que se desarrollaba ante sus ojos.
Por lo que se refiere al primer párrafo, esta crónica tiene la tendencia a captar el interés al lector. Comienza como con una especie de apelación ante el hecho por medio de frases impactantes logrando dolencia ante el hecho, dicho de otra manera la crónica tiene como característica fundamental comenzar con un párrafo que resulte llamativo al lector, que describa todos los detalles importantes del suceso y las reflexiones que en algunas ocasiones aparecen implícitas por el cronista, ya sea por medio de la ironía, una critica o un juicio.
De igual forma todas las crónicas del libro de Antologías, van narrando de manera cronológica la historia del personaje, del lugar o del acontecimiento. De acuerdo con la escogencia de cada autor se encuentra una combinación de historias clasificadas como lo cita el autor Daniel Samper Pizano "amarillas" o "blancas" por su contenido. Las "amarillas" tienen material más subjetivo y generalmente la voz autorizada es una persona o ciudadano común; las "blancas" usan material más objetivo y la voz autorizada la hace la autoridad y un profesional (1).
Vale la pena mencionar que la combinación de literatura y crónica, ha permitido que muchos periodistas tomen el camino de la narración, si se podría decir “adornada”, ya que ofrece la posibilidad de expresar tanto al escritor como al lector formas de ver la vida y la historia, y como un conflicto personal puede llegar a hacer un conflicto universal. Así mismo, la crónica debe manejar un lenguaje sencillo, que con ayudas de adjetivos reiterativos ayuda a conceptualizar las descripciones. Por otro lado, la utilización de los verbos ubica al lector en la historia y le dan más credibilidad a texto.
Pero ¿Qué tan real podría ser la historia? ¿Podría tratarse de una vida ficticia que seguramente le dará más dramatismo al texto? Ante este interrogante es necesario traer a colación uno de libros más importantes y enriquecedores para mi léxico y aprendizaje sobre crónica en la academia. Al escritor polaco Richard Kapuscinski, que mediante su libro La guerra del Fútbol y otras historias logra varias descripciones que personifican al protagonista de la narración, y el ambiente tan difícil de aquella realidad cruel que vio y vivió para lograrlo.
Particularmente en el caso de Kapuscinky sus historias están desarrolladas en un ambiente de guerra de desasosiego, donde en varias ocasiones arriesgo su vida para conseguir aquellas historias que aunque parecerían sacadas de la ficción manifiestan el ambiente real de corrupción que viven la humanidad.
En la guerra del fútbol, la historia permite al lector comprender, que a partir de las experiencias vividas, un pequeño conflicto puede terminar siendo un conflicto universal. Un caso que para mi apreciación era común, pero que sin duda era distinto porque trascendió los limites de lo inesperado. El enfrentamiento de dos países: Salvador y Honduras, para la eliminatoria del mundial de fútbol de México de 1970.
El autor cuenta como los equipos con el animo de ganar realizan cada uno de ellos goles al equipo contrario, y como es normal en cualquier partido de fútbol este no era un caso diferente se tenia que desempatar para tener la victoria. Finalmente fue el Salvador quien ganó y es cuando Kapuscisky, relata el problema que se desató, ya que muchos sentimientos encontrados como la euforia y la rabia hicieron que honduras lanzara represalias por su derrota a campesinos salvadoreños. Fue a partir de ese momento como dice el autor, que empezaron aquella guerra inútil, donde la intervención no solo era por una derrota sino que terminó siendo una cuestión política, en donde primaban intereses políticos y económicos. Sin embargo y afortunadamente esta disputa terminó semanas más tarde, cuando el ejército salvadoreño, se retiró del país vecino. “El fútbol ayudó a enardecer aun los ánimos de chovinismo y de histeria seudo patriótica, tan necesarios para desencadenar la guerra y fortalecer así el poder de las oligarquías en los dos países” (2)
Adicional a la guerra del fútbol, sus demás historias también se sintetizan en un estilo propio de la crónica, al contener reportajes serios y fundamentados utilizando la ironía como la herramienta sarcástica para ser crítico en la historia. Pues dentro de las posibilidades que ofrece la crónica es le de poder emitir un juicio subjetivo y para ello recurre a la ayuda de la literatura. Sin techo en Harlem y Nigeria, verano del 66 entre otras, que se encuentran en el compendio del libro están llenas de descripción, haciendo alusión a una de las características fundamentales de la crónica.
Ryszard Kapuszinski, contó con la oportunidad de viajar por el mundo, y escribir de algunos continentes en donde estuvo, especialmente África y centro América, aquellas sociedades llenas de sucesos que por simple que parecieran estaban llenos de vida, perdidos en el anonimato que debían ser rescatados para hoy ser conocidas. Sin necesidad de recurrir a la ficción, mostrando las vivencias, la pobreza, la guerra y las necesidades que muchas personas viven, lo cual hacen que exista emotividad y se genere un sentido humano, no solo en el relato sino que para la persona que las leen.
Estas historias se vuelven sumamente interesantes en la medida en que los hechos se pueden relacionar con el presente, es decir que las ventajas que ofrece la crónica es que permite dar un manejo del tiempo, en donde esa historia debe perdurar porque generalmente en el momento en que se lea debe dar la posibilidad de identificarse con los personajes independientemente de quienes sean y como sean.
Otra de sus ventajas es que siempre permite que el cronista pueda hacer un juicio en el texto, lo que hace que el lector realice una reflexión sobre lo que lee y pueda quizás hacer cambios a manera personal de aquello que fue significativo para él. Sin embargo ¿es la crónica el mejor medio escrito para despertar sensibilidad en las personas?
Ante este interrogante me parece necesario comentar historias que brindan la realidad por medio de descripciones, la imagen de cada personaje, logrando que el lector pueda pensar, pueda odiar y hasta pueda amar.
Para el caso de libro: Los periodistas literarios o el arte del reportaje personal, en la historia de Mark Kramer, “procedimientos invasores” se condensa en múltiples descripciones, que sin duda alguna hace pensar que el autor necesariamente tuvo que estar en el suceso para narrar en forma tan exacta y creíble. “Despojada de sus ropajes pasan a la paciente a la camilla. Su costilla y su pulmón dejan la sala en su propia camilla, cubiertas ahora como si la carga fuera un diminuto cadáver entero. Nosotros seguimos en fila tras la paciente, a quien llevan rondando por el pasillo hasta la sala de recuperación. Unas enfermeras nuevas, entre aquellas del hospital con más posibilidades de ejercer sus habilidades libremente, se afanan en torno a la camilla al rodar hacia la sala de recuperación. Stearne le pasa a una de ellas unos de los frascos intravenosos que ha llevado en alto durante el corto trayecto. La paciente despierta rápidamente y, en alguna parte de su ávido cerebro, debe de oír a la enfermera, una enfermera grande, sudorosa y pelirroja, decirle suavemente al oído: “todas vamos a estar pendiente de ti cariño. ¿Quieres que te suba la cobija? ¿Te duele la mano? Solo tiene unos tubos, eso es todo” (3)
Este pequeño pero ilustrativo fragmento, evidencia que Kramer tuvo que estar presente en el suceso sin dejar pasar cada detalle por insignificante que fuese, pero que la hace interesante y diferente a muchas otras.
Pero si de hablar de sensibilidad de trata, la relación entre investigación la parte noticiosa con la literatura, es indispensable recordar al conocido autor Truman Capote con su gran historia A sangre Fría. Este libro que posee un estilo más periodístico, lleva a la reconstrucción de un asesinato múltiple y de sus consecuencias. El reportaje, más que nada periodístico, se centra en el asesinato de la familia Clutter, unos granjeros de Kansas, cometido en 1959 por Eugene Hickock y Perry Smith. El caso dio el inicio para convertirse en una gran historia por Truman, necesariamente de una profunda investigación de campo, un análisis detallado de los registros oficiales y largas entrevistas con los involucrados.
Su logro en la novela en materia investigativa radica en que el autor tuvo que trasladarse a aquel pueblo a vivir una larga temporada a Kansas, donde pudo visitar el lugar, además de recoger el material ambiental necesario. Luego indagó y siguió la vida en prisión de los asesinos hasta que fueron ejecutados, al cabo de cinco años. De esta forma y como lo nombré anteriormente luego de convertirse en una novela periodística con ayuda de la literatura triunfa en mantener no solo la verdad de los hechos sino que además la trama y el suspenso que se requiere en una novela de este género. Hoy por hoy vemos como pudo transformar literariamente un suceso al grado de convertirlo en una historia que, a pesar del paso de los años, sigue siendo considerada más que nada una obra literaria. Obra que de no ser crónica, muy seguramente no hubiese trascendido en la vida de las personas.
Evidentemente es probable que muchos piensen que este tipo de género no debería ser parte del estilo periodístico. Pues bien, ahora podría explicar que se trata del mundo creativo, de traspasar los límites convencionales del periodismo que se basan en solo contar noticias objetivas, de mostrar en un artículo lo que sucede y ocurre a nuestro alrededor. Hoy un reporte puede convertirse en una novela, un artículo puede transformarse en cuento, o sencillamente una nota tener una dimensión estética. Todo esto elementos propios de la literatura pero que involucran lo más importante y lo que nunca debería perderse en los seres humanos: sensibilidad.
Son muchas las crónicas que se suman a adoptar investigación sucesos y estilos de vida, mucho más imaginativas, como es el caso de la historia: La ofensiva y la boda y la libertad del anterior nombrado Ryszard Kapuscinski. Un periodismo mucho más creativo obviamente que con el uso de la poesía, no pierde la esencia del periodismo.
Así vemos que como la crónica tomada desde el punto de vista comunicacional, y por ser elemento informativo, ha trasformado la manera de ver el periodismo, por que ha realzado la verdad profunda de lo narrado. La ficción no existe, pues tanto los personajes como los hechos son reales.
La buena investigación y la literatura, son las nuevas herramientas que ya se aplican en el periodismo moderno ya que existe una mezcla perfecta entre lo real y objetivo, la sensibilidad y el interés ante un acto de crueldad o tristeza. La crónica además de ser el texto narrativo de unos hechos, contienen también la valoración interpretativa de los mismos, ya que se trata de un género que, particularmente, está redactado con un estilo ambiguo entre un periodismo informativo y de opinión. Es la narración de una noticia con ciertos elementos valorativos, que siempre deben ser secundarios respecto al relato del hecho que la origina. Se trata de un texto que intenta reflejar lo acaecido dando fechas, datos exactos, y por su puesto acción, felicidad y sufrimiento.
Con los libros citados con anterioridad, se manifiesta que el cronista tiene la misión de informar sobre lo sucedido, de contarlo, pero, a diferencia de la noticia, lo comenta desde su punto de vista. Es un relato sobre un hecho noticioso, pero en el que se incluye la valoración parcial de su autor. Se trata de una interpretación subjetiva de los hechos ocurridos, contados desde el lugar en el que se producen y con una implicación clara de su cronología. Por esta condición, podríamos pensar que la crónica corresponde a ser estrictamente de carácter informativo. Pero Kapushiski, Gabriel García Márquez, Guillermo Cano, Jane Kramer, Barry Newman entre muchos otros autores demuestran que lo importante de este género es la función narrativa, y lo definen en sus historias como un relato directo e inmediato de una noticia, una narración de los sucesos de actualidad con un esquema poco rígido. Sin embargo aunque el hecho relatado en la crónica es rigurosamente objetivo, está elaborado con una riqueza de vocabulario y con una interpretación personal que hace pensar, y lo alejan del periodismo estrictamente informativo.
Para concluir, vale la pena decir que con las crónicas mencionadas contienen límites éticos del periodismo, lo que impiden la deformación de lo que realmente sucedió. Ante todo se plasma la visión personal del cronista, sin desvirtuar los hechos noticiosos fundamentados por la objetividad, aunque dispone de total libertad de estilo, el cronista, como en todo trabajo periodístico, tiene la obligación de dirigirse a todas las personas, con la convicción de dejar a libertad del lector lo quiere pensar, por lo que debe elaborar un texto claro, conciso y transparente.
En libro de Antologías la historia de la Divina y el torero, una eterna novela, pese a ser una crónica de personaje en donde debe quedar los más representativo para hacer a la historia interesante, su escritor Guillermo Cano, utiliza párrafos cortos, donde va contando la paradoja de vida que dos personajes famosos comparten. Un matrimonio que cuenta que la felicidad aun en los matrimonios existe.
Finalmente, las crónicas recopiladas en La guerra del fútbol, Antología de grandes crónicas y el arte del periodismo literario, son tan variadas como los estilos de sus autores. Cada cronista imprime su sello personal, por lo que intenta hacer una clasificación teniendo en cuenta el tema que están tratando, sin perder la esencia del escrito, que es informar, dar a conocer aquella historia que por algún momento estaba perdida, pero que ahora es comunicada a la sociedad. Y por supuesto con el estilo propio al contener diferentes recursos creativos, ya que es el rasgo característico de su esencia como género periodístico diferente.
JPP

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