lunes, 11 de mayo de 2015

Investigadores desarrollan variedades de soya resistente a herbicida para la altillanura



El proyecto consiste en desarrollar líneas transgénicas con tolerancia al herbicida glifosato a partir de variedades colombianas. El proyecto es financiado por el Fondo Nacional de la Soya  - Fenalce y la Universidad Nacional de Colombia.

La Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Oleaginosas, Fenalce, y la Universidad Nacional de Colombia han desarrollado líneas transgénicas con tolerancia al herbicida glifosato a partir de variedades colombianas, adaptadas a la altillanura.

De acuerdo con Alejandro Chaparro Giraldo, Ph.D. en Genética y Mejoramiento de Plantas de la Universidad de Sao Paulo, Brasil y profesor asociado de la Universidad Nacional, el proyecto es el resultado de años de investigación por desarrollar cultivares transgénicos que suplan las necesidades de los agricultores colombianos

“El proceso lleva 15 años y nos ha llevado a aprender tanto de cultivo de tejidos vegetales, biología molecular y transformación genética, como de derechos de propiedad intelectual y legislación sobre bioseguridad de cultivos transgénicos”, señala Chaparro Giraldo.

Los resultados de estas líneas transgénicas hasta el momento han sido satisfactorios, pues han desarrollado sistemas de regeneración a partir de semillas maduras para tres variedades colombianas de soya.  Además, usando técnicas de cultivos de tejidos, y a partir de hojas cotiledonares han logrado la creación de un sistema que permite obtener entre 3 y 10 plántulas por explante, con una eficiencia del 80%.


El área total de la altillanura colombiana es de 4´255.451 hectáreas, de las cuales 3´139.350 son cultivables

El  diseño de genes semisintéticos que confieren tolerancia a glifosato es otro de los beneficios de estas líneas. “A partir de la captura de secuencias de casetes de expresión para tolerancia a glifosato disponibles en artículos científicos y patentes, hemos diseñado estas construcciones génicas, usando herramientas de bioinformática disponibles en la red. Luego de realizar pruebas in silico para asegurarnos que el diseño funciona y es de calidad, contratamos con una empresa china, sus síntesis de novo y la inclusión en un vector de transformación” explica el investigador.

El 80% de la soya que se consume en Colombia es importada, principalmente de Argentina, país productor de soya transgénica tolerante al herbicida glifosato. “Transferir esta herramienta tecnológica a variedades colombianas de soya incrementa la competitividad de los agricultores nacionales, en un escenario donde hay mucho espacio para crecer”, agrega Chaparro Giraldo.

En este importante proyecto trabaja un profesor con grado de PhD en fitomejoramiento, un investigador asociado con grado de PhD en biología, dos estudiantes de doctorado, dos estudiantes de maestría y un joven investigador.  Además es financiado por el Fondo Nacional de la Soya – Fenalce y la Universidad Nacional de Colombia.

No hay duda que los beneficios asociados al uso de la tecnología transgénica de tolerancia a herbicidas, son ampliamente conocidos en revistas científicas y muy cercanos con la tecnología de labranza cero, que es facilitada por la característica de tolerancia a herbicidas, y que se pueden resumir en disminución de costos de producción  y del impacto ambiental de la agricultura.

Por ahora, el equipo de investigadores trabaja por desarrollar la  transformación de explantes de soya mediante agrobacterium tumefaciens, usando los genes diseñados y probados por los expertos. Así mismo, trabajan de la mano con Fenalce en la generación de híbridos transgénicos de maíz doble gen (tolerancia a herbicidas / resistencia a insectos)  a partir del cruce entre líneas nacionales desarrolladas por el programa de fitomejoramiento del gremio y líneas transgénicas.

Otro importante avance son los trabajos para generar líneas transgénicas de papa con tolerancia a Tecia solanivora, a partir de la variedad Pastusa Suprema, por el grupo de investigación en papa de la Universidad Nacional de Colombia.

¿De dónde nace la iniciativa?

El proyecto surge de una propuesta que el grupo de Ingeniería Genética de Plantas, hace a la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Oleaginosas, Fenalce, quienes a su vez la presentaron al Fondo Nacional de la Soya.  

La iniciativa es el resultado del aprendizaje en la investigación para desarrollar cultivares transgénicos para las necesidades de los agricultores colombianos, proceso que lleva 15 años liderando el grupo de investigadores de la universidad, y que los ha llevado a aprender tanto de cultivo de tejidos vegetales, biología molecular y transformación genética, como de derechos de propiedad intelectual y legislación sobre bioseguridad de cultivos transgénicos.

Por: JPPP
Artículo publicado en la Revista Nacional de Agricultura

Panela saborizada para una bebida clásica

Productores de panela en Palocabildo, Tolima, transforman un negocio con varios años de tradición, para lanzar al mercado un nuevo producto que promete endulzan las bebidas de habitantes de la región y  próximamente del país.
Una nueva manera de presentar la panela surge en Palocabildo, un pequeño pueblo en el norte del Tolima, ubicado a tan solo 200 kilómetros de la capital del país,  y que hoy muestra un notable progreso en la producción de este alimento, cuyo único ingrediente es el jugo de la caña de azúcar, mostrando una mayor optimización de los recursos y de buenas prácticas agrícolas.

Panela pulverizada de limón, frutos rojos, maracuyá, mandarina, piña naranja, durazno, kiwi, y muy pronto frambuesa, forman parte de la amplia gama de sabores que ofrece la Asociación  de Paneleros de Palocabildo en el Tolima, en cabeza de Néstor Rodríguez Melo, pionero de esta idea en su municipio, y quien después de varios ensayos concluyó que era importante  darle un valor agregado a la panela a través de una especie de aromática distinta.

“La idea de pulverizar la panela nació en 2009  desde que comenzamos a participar en las giras técnicas, capacitaciones de los gremios, en ferias y exhibiciones; veía muestras de panela pulverizada  de otras partes del país y  llegué a probar si la caña que nosotros teníamos servía para este proceso. Tras varios ensayos y mirando por internet le fui cogiendo el tiro”, cuenta Rodríguez Melo.


Comenzar de cero no es fácil, sobre todo si se trata de una producción de tradición, pero era necesario tener otras opiniones del nuevo producto al que Néstor le estaba apostando; así que comenzó a comentarles a sus amigos más cercanos no solo las dificultades que iban surgiendo  en relación con su nuevo producto, sino también para que fueran ellos los primeros en degustar la pulverización con sabor.

Calidad y compromiso fueron los dos elementos que impulsaron a Néstor Rodríguez en la aventura de su nuevo negocio. Feliz porque lo comentarios de sus amigos sobre su nuevo producto eran positivos, no eran suficientes para creen en un 100 por ciento que lo que estaba próximo a sacar al mercado era realmente bueno, entonces arrancó puerta a puerta, en panaderías y tiendas de Palocabildo a posicionar su aromática de panela.
La Organización Mundial de la Salud ha destacado la  panela como un alimento endulzante de origen natural y por su contenido nutricional
“Me fui a mostrarle a los amigos y  todos me decían ¡la berraquera!, otros que soñar no cuesta nada, así que  empecé con la gente de pueblo, les regalaba un poquito y pensaba que si hacía lo más difícil que era producirla, comercializarla iba a ser más fácil sin necesidad de intermediarios”, expresa Rodríguez Melo señalando que este es un negocio que se perfila  para consumidores de todos los estratos, ya que les permite incrementar su margen de ganancia entre un 30 y 40 por ciento frente a la panela de bloque o tradicional.

Tras dos años en este proceso, una siembra al doble en términos de hectáreas de cultivo de caña y una producción de dos toneladas mensuales de panela representada en 2.000 kilos, la cual es pulverizada con apoyo de sus compañeros de la asociación, hoy se encuentra en las principales panaderías, tiendas y supermercados del municipio y se comercializa en Falan, Casabianca, Fresno e Ibagué.  Además genera alrededor de 10 empleos en su finca con un impacto más amplio de bienestar económico y social para las familias.

En Palocabildo existen alrededor de 60 a 70 trapiches, según cifras de la Asociación de Paneleros de Palocabildo, Asopal, los productores asociados cuentan en la actualidad con un área de 300 hectáreas cultivadas de caña para una producción anual de 1.500 toneladas de panela.

Expectativas del negocio

De acuerdo con Abner Nonato Cárdenas, presidente de Asopal  desde hace 8 años, la idea de la asociación es lograr que el 100 por ciento de los productores de Palocabildo produzcan panela pulverizada dado a su practicidad y a la tendencia del mercado en familias que buscan  facilidad a la hora de hacer sus compras.

“Para mediados de este año esperamos tener una planta de miel financiada con recursos del pacto agrario con el fin de recepcionar las mieles, homogenizarlas y purificarlas mediante el proceso natural para sacarlas inocuas al consumo”, señala Nonato Cárdenas, al destacar que con esta planta se lograría una sola calidad de la panela; no obstante, su instalación está sujeta al ritmo y voluntad de las autoridades de gubernamentales.

Para Nonato Cárdenas el éxito de este negocio consiste en tener un mercado asegurado es por eso que desde hace un año incursionaron con un nuevo empaque y bajo el eslogan “Consumir panela, un dulce decisión”, empezaron a vender aromática de panela saborizada; no obstante, el acompañamiento del Estado es fundamental para cumplir con las exigencias de los consumidores. “Por fortuna hemos contado con las capacitaciones de Fedepanela, la SAC, la Gobernación y el Sena; pero se requiere de un seguimiento permanente para culminar con éxito el proyecto”, dice.

Por el momento los productores de la Asociación de Paneleros de Palocabildo han tenido acercamientos  con varios empresarios del país; sin embargo son pocos los negocios que se han podido concretar debido a la falta de seguridad en el pago  y a la entrega de la producción.

Guillermo Giraldo, presidente del Comité Departamental de Paneleros, asegura que la principal ventaja de producir panela pulverizada, es que tiene un comercio más justo  que las de bloque, que tienen un precio irrisorio en el mercado, dejando al intermediario con la mayor ganancia.

“Producir panela está alrededor de 1.200 y 1.250 kilo y se vende en bloque al mismo valor porque el comprador nunca pierde. La ventaja con las pulverizadas es que por ahora no son tan competitivas y por su manejo agronómico no todas las cañas que se cultivan en el país sirven, nosotros somos privilegiados por el suelo. Estoy pulverizando hace 7 años con un margen de mejora significativo y vendiendo entre  1.900 y 2.000 pesos a mayoristas de Bogotá  e Ibagué,”, comenta Giraldo.


Capacitación del recurso humano

Buena parte de los productores de la Asociación de Paneleros de Palocabildo forman parte del grupo de capacitados del programa Educampo que lidera la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, con tres líneas de formación puntuales en sus talleres. La primera, hace referencia al tema empresarial: gerencia, manejo contable, financiero y adecuada operación. La segunda, se orienta a la parte técnica, cuyo elemento esencial es abordar aspectos relevantes en la  productividad. 

Un taller de este tipo, por ejemplo, enseña cómo manejar eficientemente los recursos e insumos para afrontar el cambio climático y la crisis ambiental desde la composición del suelo. La tercera línea se interesa por mostrar la realidad, lo que está sucediendo en el sector y los desafíos que se deben asumir en los próximos años a través de modelos incluyentes que permitan generar una actividad a escala, con personas capacitadas dispuestas a reactivar el campo.

Por JPPP
Artículo publicado para la Revista Nacional de Agricultura